Bilbao 17 de Marzo - Noche de Blues y Flamenco
Blues: Melancolía o tristeza, patrón repetitivo, que suele seguir una estructura de doce compases. Originario de las comunidades afroamericanas de Estados Unidos, se desarrolló a través de los espirituales, canciones de oración, canciones de trabajo, rimas inglesas, baladas escocesas e irlandesas narradas y gritos de campo. (Wikipedia)
Durante la primera hora y cuarto de concierto pudimos disfrutar de este género de la mano de Javier Vargas y su Vargas Blues Band. En esta primera parte nos encontramos con una gran banda con un sonido impresionante tanto en lo artístico como en lo técnico. Al mando la maestría de Javier Vargas a la guitarra con solos para su disfrute y con exceso de distorsiones en su guitarra para mi gusto.
En definitiva una buena primera hora larga de concierto donde, para un neófito de la materia como yo, pudimos disfrutar de las bases del Blues de calidad, melancolía y estructuras repetitivas de grandes sonidos.
“¡Tiene duende”! Es una expresión muy conocida en el mundo del flamenco. Dícese de aquella persona que posee un talento especial, bien sea en el cante, en el baile, en el toque o en la caja. Tener duende podría ser una similitud a tener alma. Es el sentimiento del artista convertido en puro arte. Su talento roza la perfección, es algo mágico y auténtico. (Lalibertina3.wordpress.com)
El concierto continuo con Raimundo Amador, que en formato dúo intento hacernos llegar sus canciones con un aire flamenco mezclado con Blues. Aquí es donde perdimos el norte, Raimundo, con una facilidad pasmosa a la guitarra, se perdió por el escenario con un montón de dudas a la hora de cambiar de guitarra o de pisar los pedales. El desorden se apoderó del escenario pues tampoco tenían el repertorio preparado y tenían que preguntarse entre canción y canción cual era la siguiente.
En este caso, a pesar de la facilidad de guitarra de Raimundo, el Duende emigró para tierras mejores.
Noches de blues y flamenco ofrece un enfrentamiento y una entrega desgarradora que, combinando partes acústicas y eléctricas de ambos géneros, culmina con un fastuoso colofón final donde se engendran ambos estilos en una pasión sin límite. (Programa oficial del concierto).
De esta parte se olvidaron, ni hubo duelos de guitarras, ni pasión sin límite y el final se quedo en unas canciones de la Vargas Blues Band con Raimundo de invitado con la banda.
El espectáculo para un total ignorante de estas músicas se hace largo y se hecha en falta la magia de los duelos entre los dos estilos, para mi el resultado es claro: Vargas ganador por Ko.
Me decepcionó el espectáculo. Me pareció un engaño.
ResponderEliminarLo de "Noche de Blues y Flamenco" es un buen reclamo pero en realidad es mentira.
El blues fue por un lado y el "flamenco" por otro. ¿Qué necesidad había de juntarlos?
Me sobró la mitad de espectáculo que inevitablemente deslució a aquella que sí estuvo a la altura.
Una pena...