ANDRÉS SUÁREZ CIERRA SU GIRA EN SANTANDER

     Sábado 27 de agosto de 2.011, sobre las ocho de la tarde la cola de gente que espera en la calle empieza a entrar en "La Casa del Abuelo", el jardín como siempre precioso, unas sillas, unas colchonetas en el suelo, lámparas, velas, y de escenario una carpa.

     El retraso con que empieza el concierto se lleva muy bien sentado en el suelo con bebida y charla con amigos, y cuando está anocheciendo Andrés sale al "escenario" y empieza a tocar. Nada más empezar empiezan las risas cuando de entre el público salen carteles de "Temazo". Andrés explica que por eso ha escogido  Santander como final de gira, "siempre me reciben como si fuera los Rolling".

     En las primeras canciones nos explica que está sin palabras (y eso en él parece difícil) por dos motivos:
1- tras varias actuaciones han conseguido llenar el jardín de la casa.
2- en el concierto hay unas ochenta personas que han hecho viajes imposibles desde sitios como Madrid, Salamanca, Barcelona, Sevilla y Galicia.

     Lo de la falta de palabras se le pasa a base de copazos y da toda la impresión de que quiere estar toda la noche cantando, quizá no quiera cerrar esta etapa tan buena para él. Nos va cantando canciones de todos sus discos, incluido uno que hizo con 19 años y que no entiende cómo el público corea, pero está claro que las canciones que nos sabemos todos son las de su último disco.




     Con tanta bebida en la espera, se hace imprescindible una visita al baño del garaje de la casa y en la cola conozco alguna de esas historias increíbles, gente que ha ido desde Salamanca a Madrid para coger allí un avión y llegar a Santander a las seis de la tarde, ir al concierto, pasar la noche no se sabe dónde y a las seis de la mañana coger otro avión hacia Madrid y de vuelta a Salamanca, flipante!!!!!!

     De vuelta al concierto Andrés nos deleita con todas sus canciones y con versiones de gente como Extremo, Iván Ferreiro y del más grande entre los cantautores, Antonio Vega.

     El concierto cada vez más distendido tiene que acabarse, los vecinos se están quejando, se intenta bajar el volumen pero no es suficiente, entonces Andrés coge su guitarra, la desenchufa y se sienta entre el público, cantando en un total acústico. Los más fieles cambian los coros de la canción y le cantan a Andrés todo lo que le quieren, él se emociona y le cuesta acabar. Y entre aplausos y emoción nos comunican que los municipales han llegado a la puerta y que hay que acabar sí o sí.

     Mientras Andrés atiende a todos sus fans y se hace fotos con ellos, Diego, el organizador, creo que se queda con una sensación un poco amarga por como ha sido el final, yo sólo le puedo dar las gracias por todo su trabajo y decirle que todos entendimos que el final fue como tenía que ser. Por favor sigue dándonos momentos especiales, esta ciudad no se puede permitir el lujo de perder estas cosas, GRACIAS!!!!!.

     No fue mi caso pero quizá el concierto acabo amaneciendo en la playa del Sardinero, quién sabe.....