El gran Antonio Vega se quedo toda su vida con la etiqueta de ser "ese chico triste y solitario", y aunque sus mas allegados dicen que en la intimidad no era así, nunca se quito el San Benito. Pues el fin de semana pasado Rebeca pareció coger el testigo del maestro y se presento en Bilbao con una apariencia de tristeza y melancolía muy superior a la que nos tiene acostumbrados.
Nos encontramos a una Rebeca más intimista que de costumbre con constantes dedicatorias en un tono entre serio y triste y con alguna mirada perdida hacia el fondo del local donde se encontraba su inseparable en estos bolos norteños Carlos Vega. En lo musical, como siempre, muy grande, ella sola con sus teclados consigue emocionar, pero con fuerza, con carácter y con una presencia escénica magnifica.
Nos ofreció un concierto de poco más de una hora, que se hizo corto, en el que además de cantarnos sus temas nos dejo versiones de temas de Gastelo, Quique Gonzalez, Jorge Marazu y de Leonard Cohen, y como siempre todo lo que pasa por la voz de Rebeca Jiménez se vuelve mejor si cabe.
En definitiva que siempre es un gusto escuchar en directo a Rebeca, que sigo pensando en que se merece triunfar a lo grande y que me encantaría verla en un escenario con una super-banda, con su fuerza arrasaría seguro, eso sí si algún día llega el gran éxito no dejes de visitarnos por los bares, que tenerte cerca es muy bonito. En lo personal sólo espero seas una valiente y que las malas rachas pasen pronto.
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